Hace dos mil años, era habitual en el mundo Romano, tener estatuas de mármol para adornar jardines.
Los artistas no podían evitar, que a veces se agrietaran o fisuraran, sus trabajos en progreso…
Para cubrir las imperfecciones, le ponían cera a las estatuas y así las entregaban a los clientes.
El problema aparecía cuando con las obras a la intemperie, el sol y la lluvia, provocaban que la cera se derritiera.
Eso traía quejas y devoluciones.
Entonces, para diferenciarse en los trabajos y quien los hacía, aparece el “sinesere”.
Esta pieza es íntegra y sin fisuras… “sinesere”, un certificado de calidad, que es el origen de la palabra sincero/a.
Ricardo Pankiewicz
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Desconocía esto; me ha encantado. Permiso, lo comparto en mi página de Facebook. ¡Saludos y gracias!
Si me permites, deseo compartir contigo algo importante; agradecería que te dieras una vuelta por aquí: http://lorettamaio.wordpress.com/2014/12/04/tiempo-de-rosas/ Espero sea de tu agrado.
Gracias por la mención Loretta !
Es un placer.
Hermoso!! Gracias por compartirlo y enriquecerme